La concepción de la cultura como un medio de crecimiento económico a partir del turismo, genera una interesante puesta en valor del patrimonio en donde sus características intrínsecas se ven potenciadas y a la vez subvaloradas por la explotación comercial y los intereses mercantilistas. La visión de esta forma de aprovechar el patrimonio debe de incluir la sostenibilidad que este producto necesita y la conservación de los elementos que le son inherentes dentro de su simbolismo, incluyendo a las comunidades y aquellas manifestaciones inmateriales que lo complementan.
La sostenibilidad de un modelo de gestión de turismo cultural recae en primera instancia en la responsabilidad de los gobiernos locales, de los empresarios, las comunidades y por último en el visitante que debe ser educado en la conservación y cuido de los espacios desde los ejemplos locales de seguimiento. Sin duda un tema amplio que en esta ocasión abordaremos desde sus marcos conceptuales y diferentes expresiones, entraremos un poco en la conformación del producto y sus características principales y abordaremos la sostenibilidad de ese modelo para la trascendencia del mismo en el tiempo.
¿Qué es el Turismo Cultural?
Para comprenderlo, es necesario revisar primero dos conceptos que lo componen:
Turismo: “comprende las actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos al de su entorno habitual, por un período de tiempo consecutivo inferior a un año, con fines de ocio, negocios y otros motivos”. (Organización Mundial del Turismo, 2001)
Cultura: “conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o un grupo social. Ello engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias” (UNESCO; 1996:1)
El Turismo Cultural es entonces aquel tipo especial de turismo que incorpora los aspectos culturales, sociales y económicos en su oferta y demanda de bienes y servicios. Busca rentabilizar económica y socialmente el espacio local o lugar donde se desarrolla y se centra en que las personas viajan con la intención de desarrollar actividades turísticas que les permitan acercarse y comprender culturas distintas. Es decir, conocer los estilos de vida, costumbres, tradiciones, festividades, historia, arquitectura y monumentos del lugar visitado.
La UNESCO señala que el Turismo Cultural corresponde a una “dimensión cultural en los procesos socioeconómicos para lograr un desarrollo duradero de los pueblos” como un “modelo de desarrollo humano integral y sostenible”. Es considerada una “actividad que, no sólo contribuye al desarrollo económico, sino a la integración social y al acercamiento entre los pueblos; siendo el turismo cultural una modalidad en la que convergen políticas culturales y turísticas, portador de valores y respeto por los recursos, tanto culturales como naturales” (UNESCO, 1982).
A partir de esa descripción, se desprende que el Turismo Cultural es una actividad que tiene implicancias en diversas áreas:
Área Social: ya que está dirigido a satisfacer las necesidades e intereses de las personas. Área Económica: ya que, a partir de bienes culturales, es capaz de generar ingresos y rentabilidad a favor de la comunidad local.
Área Cultural: ya que permite conocer los modos de vida diferentes, además de promover un intercambio cultural entre la comunidad anfitriona y los visitantes
Área Educativa: ya que puede ser un medio de formación o aprendizaje y respeto por otra u otras culturas.
Área Medioambiental: ya que debe presentar un enfoque de conservación de los recursos naturales, y no degradar o destruir el escenario natural donde se desarrolla la actividad turístico cultural.
Área Política: ya que permite responder a los lineamientos, programas y planes de desarrollo a nivel nacional, regional y comunal.
¿Cuáles son los tipos de turismo que incorporan el enfoque cultural?
Existen diversos tipos de turismo que incorporan los aspectos culturales en su quehacer. Revisemos los centrales:
Turismo Comunitario
Este tipo de turismo se caracteriza principalmente por el liderazgo que asume la comunidad local en la propuesta de atractivos turísticos. Este liderazgo se traduce en que es la propia comunidad la que planifica o programa el tipo y forma de las actividades turísticas, es quien presta los servicios y quien recibe los beneficios que se generan. El Turismo comunitario promueve la autenticidad de las actividades turísticas al ser desarrolladas por la comunidad anfitriona, posibilitando el intercambio cultural real con el visitante, en virtud que pueda profundizar en las tradiciones, costumbres y formas de vida del pueblo visitando.
En el turismo comunitario el producto turístico principal es la convivencia en comunidad, disfrutando in situ de su cultura y patrimonio.
La Organización Internacional del Trabajo, lo define como “Toda forma de organización empresarial sustentada en la propiedad y la autogestión de los recursos patrimoniales comunitarios, con arreglo a prácticas democráticas y solidarias en el trabajo y en la distribución de los beneficios generados por la prestación de servicios turísticos, con miras a fomentar encuentros interculturales de calidad con los visitantes” (OIT, 2001)
Turismo Indígena o Etnoturismo
El Etnoturismo tiene directa relación con el patrimonio cultural y natural presente en pueblos y espacios de carácter ancestral, principalmente del mundo indígena; y se caracteriza por valorar las tradiciones, las costumbres y formas de vida que allí se dan. Algunos de los productos de etnoturismo más destacados son las artesanías, festividades, gastronomía y folclor.
Según la Organización Mundial de Turismo, el etnoturismo corresponde a “ visitas a los lugares de procedencia propia o ancestral, y consiste por lo tanto en visitas motivadas por el deseo de reencontrar se con sus raíces, ya sea en los lugares donde se pasó parte de su vida o aquellos donde vivieron los antepasados de la familia”.
Esta tipología de turismo nace como una alternativa económica complementaria a la actividad agrícola propia de las comunidades indígenas y rurales, promoviendo el microemprendimiento local de carácter asociativo entorno a la identidad étnico-cultural y los productos turísticos que pueden derivar de ello. Estas iniciativas turísticas generan de manera indirecta un beneficio de tipo socio-cultural, en la medida que se refuerza la autoimagen como pueblo, su identidad y la valoración de su cultura y patrimonio.
Turismo Urbano
El Turismo Urbano implica diversos tipos de actividades turísticas según los intereses y motivaciones de los visitantes. Según la Organización Mundial de Turismo, consiste en visitas realizadas a centros urbanos de distintas dimensiones, vale decir, desde grandes a pequeñas ciudades, con el fin de conocer o revisitar lugares de interés, entre ellos se consideran los parques, museos, edificios históricos o comercios. Al interior del turismo urbano, destacan:
Las visitas a museos, monumentos y exposiciones de arte con el propósito de enriquecimiento cultural;
Las actividades con motivos profesionales, donde encontramos la visita a ferias, congresos o simposios; y
Las visitas con propósitos recreativos, como la asistencia a parques temáticos, conciertos, obra de teatro, entre otros.
Turismo Rural
El turismo rural comprende toda actividad turística o de recreación, que se desarrolla en el medio rural y de manera sostenible, dirigida principalmente a los habitantes de las ciudades que buscan alejarse de la rutina y el bullicio de las mismas, a través de unas vacaciones en el campo, en contacto con los habitantes de la localidad y la naturaleza. Además se constituye como una actividad productiva alternativa que permite mantener una fuente de ingresos complementarios a lo tradicional del mundo rural.
Entre las expresiones de turismo rural se cuenta el reacondicionamiento de tradicionales casas de campo, para la recepción de turistas que quieren descansar alejados de la ciudad y en contacto con la naturaleza.
Este tipo de turismo "supone el desarrollo de alojamientos de estilo local en los pueblos tradicionales o en sus inmediaciones donde puedan pernoctar los turistas, disfrutar de la cocina local, y observar y compartir las actividades populares" (OMT, 1999)
Agroturismo
Es un derivado del turismo rural, al centrar su oferta también en el paisaje y tradiciones rurales; pero se caracteriza o diferencia por acercar al visitante de las actividades propias del mundo agrario y sus procesos productivos, mostrándole los sistemas de cultivo de la tierra, cosechas o formas de riego; y dándoles la posibilidad que participen de algunas tareas y se familiaricen con la vida rural. Como parte de este tipo de turismo, se ofrece alojamiento y alimentación a los visitantes.
Turismo Ecológico o Ecoturismo
Se distingue por su énfasis en la conservación de la naturaleza, la educación, la responsabilidad del viajero y la participación activa de la comunidad. La Sociedad Internacional de Economía lo define como "un viaje responsable a áreas naturales que conservan el ambiente y mejoran el bienestar de la población local".
Se caracteriza principalmente por la presencia de turistas con una alta conciencia ambiental, dispuestos a aprender y promover actividades relacionadas con la naturaleza, centrado principalmente en actividades de pequeña escala como excursiones, caminatas, cabalgatas, etc. que reduzcan en los posible su impacto sobre el medio ambiente. También presenta un componente educativo y científico, radicado en la visita a áreas naturales con la finalidad de observar, estudiar, tomar muestras de flora, fauna o algún otro elemento biológico.
Turismo Patrimonial
Corresponde al desplazamiento de personas motivadas por el interés especial que presentan los recursos patrimoniales de un lugar o zona específica. Por lo general, se tiende a confundir el turismo patrimonial y el turismo cultural. Es cierto, su relación es muy estrecha; sin embargo, el turismo cultural representa un concepto más amplio que el turismo patrimonial (Ashworth, G.J. 2005)
El turismo patrimonial se centra principalmente en los bienes y expresiones patrimoniales como motivación turística.
De acuerdo a la UNESCO, “el patrimonio cultural es el legado que recibimos del pasado, lo que vivimos en el presente y lo que transmitimos a futuras generaciones”. Este legado puede ser de carácter material e inmaterial, manifestándose en monumentos, festividades, ritos, costumbres, valores, tradiciones, lenguajes, artesanías, sitios de valor históricos, estético, científico, arqueológico, etnológico, antropológicos, etc.
El turismo patrimonial aporta beneficios a la comunidad anfitriona y motiva el cuidado de sus bienes culturales y las tradiciones vivas mediante un compromiso entre la ciudadanía, los empresarios turísticos y las entidades públicas relacionadas, en post de gestionar los sitios patrimoniales para un uso turístico sustentable, aumentando su protección en beneficio de las generaciones futuras.
Turismo Religioso
Este tipo de turismo está relacionado con los flujos de personas que se desplazan por motivaciones de carácter religioso, destacando las romerías o peregrinaciones que los fieles realizan a lugares considerados santos o con alto valor espiritual. Algunas de las actividades del Turismo religioso corresponden a:
Recorridos a los santuarios: que se encuentran inmersos en una poblaciones urbanas, muchas veces se suman a la vida cotidiana de la población local como una recinto religioso más o inclusive un monumento.
Recorridos por templos con valor Histórico: Existe una diversidad de construcciones de carácter religiosa con un alto valor cultural, que considera temas de historia del arte y temas religiosos
Recorridos por fiestas populares: En diversos lugares, la tradición y la religiosidad popular se encuentran tan arraigadas, que han creado un sin número de expresiones de fervor y arte popular únicos.
Turismo de Intereses Especiales (TIE)
Se refiere a los tipos de viajes basados en motivaciones específicas más allá de los objetivos habituales de los viajes turísticos o vacaciones. En este sentido, se caracteriza por presentar un valor agregado centrado en la autenticidad de la oferta, no ser masivo y mantener un fuerte componente de sustentabilidad ambiental, cultural y social. Se reconocen tres componentes básicos en este tipo de turismo:
La motivación del turistas para visitar el lugar.
Zona especifica donde pretende desarrollar esta actividad (zonas naturales, rurales, indígenas, urbanas, culturales, etc.)
Responsabilidad y cuido con los recursos culturales y naturales que intervienen en su visita turística.
El TIE está orientado fuertemente a turistas que buscan conocer rasgos específicos de la zona visitada, además de demandar servicios acordes con dicha especialidad, dando cuenta de un mercado con elevada segmentación y flexibilidad de la demanda. Algunos de estos tipos de turismo corresponden a: Ecoturismo, Turismo Aventura, Turismo Cultural, Turismo indígena, Turismo Científico, entre otros.
Acerca de los principios de sostenibilidad y buenas prácticas en Turismo Cultural
¿Cuál es la relación entre sostenibilidad y turismo cultural?
Desde su génesis, el turismo cultural se encuentra estrechamente vinculado al concepto de sostenibilidad, principalmente por su marcado interés en establecer un equilibrio entre la dimensión económica, social y medioambiental. Para lograr este equilibrio, busca priorizar la conservación de los recursos patrimoniales que son rentabilizados a través del turismo, en pos de un beneficio económico local y un reforzamiento de la identidad cultural; haciendo primar la aplicación de buenas prácticas en torno al cuidado del medio ambiente, los bienes y manifestaciones culturales que son visitadas para que perduren en el tiempo.
La Organización Mundial del Turismo, define el turismo sostenible como “aquel que satisface las necesidades de los turistas actuales y de las regiones receptoras, al mismo tiempo que protege e incrementa las oportunidades para el futuro. Este es concebido de tal manera que conduzca al manejo de todos los recursos de forma que las necesidades económicas, sociales y estéticas puedan ser satisfechas, manteniendo a la vez la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica o los sistemas que soportan la vida.”
¿Cuáles son las buenas prácticas del turismo cultural?
Son aquellas medidas de corrección o mejoramiento que se implementan en las áreas de gestión y operación de las actividades de la empresa o negocio turístico. Su meta es garantizar que la actividad turística se está produciendo el menor impacto posible sobre el medio ambiente y la comunidad, favoreciendo la compatibilidad entre la actividad turística y el entorno natural y cultural del lugar donde se desarrolla.
En síntesis, los productos turísticos deben desarrollarse en armonía con el medio ambiente y la cultura local, de modo que la comunidad no sea vea perjudicada, más bien se beneficie de la actividad turística y no sólo en el plano económico, sino que también cultural, ambiental y social.
Entre los principios básicos del turismo cultural sostenible destacan la reducción del sobre consumo y el despilfarro de recursos, la valoración de la diversidad e intercambio cultural, y por supuesto, involucrar a las comunidades locales como anfitrionas y representantes de la cultura local viva.
Para comprender mejor la importancia del equilibrio entre estos tres componentes, revisemos algunas implicancias del turismo sostenible en cada componente y conozcamos algunas buenas prácticas aplicadas en ellos.
Sustentabilidad económica
La actividad turística debe desarrollarse a través de la aplicación de “buenas prácticas” empresariales, las cuales aseguran el crecimiento y mantenimiento en el tiempo de la empresa. Con se beneficia a los propietarios, los empleados y vecinos de la comunidad donde se desarrolla el negocio turístico.
De este modo, mediante la viabilidad económica de las empresas turísticas a largo plazo, ésta debe traducirse igualmente en prosperidad económica para la comunidad anfitriona, lo cual se logra principalmente, con la oferta de empleos de calidad para los trabajadores de las empresas turísticas, permitiendo con ello una mejora en la experiencia y satisfacción de los visitantes, dado que permite un real intercambio cultural sustentado en la atención de la propia comunidad a los turistas.
Ejemplos de buenas prácticas:
La empresa turística cumple con toda la legislación y los reglamentos laborales, medio ambientales, de salubridad y seguridad pertinentes.
La empresa ofrece empleo a los residentes e imparte capacitaciones cuando sea necesario.
Las actividades de la empresa no ponen en peligro la provisión de servicios básicos (tales como energía, agua o saneamiento) a los habitantes de las comunidades vecinas.
Sustentabilidad Socio cultural
Involucra un respeto por la diversidad sociocultural y, particularmente, un respeto por la cultura local, en este sentido, la actividad turística se debe realizar sin perjudicar o afectar el tejido social existente en la comunidad donde se desarrolla, de tal modo de preservarla y revitalizarla como uno de los principales atractivos turísticos. Asimismo, se persigue el objetivo de la equidad social en la medida de que los beneficios económicos y sociales derivados del turismo sean distribuidos en la comunidad receptora, generando mejores oportunidades, ingresos y servicios básicos. En este escenario, se debe promover el involucramiento de los habitantes locales en la planificación turística, de modo de decidir sobre los límites y alcances de la actividad turística, en post de una mejora integral de la calidad de vida y un respeto por su riqueza cultural y patrimonial.
Ejemplos de buenas prácticas:
La empresa turística sigue códigos de comportamiento para las visitas a sitios que son cultural o históricamente sensibles, con el fin de minimizar el impacto causado por los visitantes y maximizar su disfrute.
La empresa no vende, negocia o exhibe artefactos históricos y arqueológicos que no sean permitidos por ley.
La empresa contribuye con la protección de las propiedades y sitios locales que son histórica, arqueológica, cultural o espiritualmente importantes, y no impide el acceso de los residentes locales a ellos.
Sustentabilidad Medioambiental
La explotación turística desregulada puede provocar la destrucción del hábitat y la biodiversidad ambiental, es imprescindible que las actividades del turismo se desenvuelvan considerando un uso adecuado de los recursos naturales, idealmente minimizando cualquier daño al ambiente (flora, fauna, agua, suelos, energía y contaminación) y aportando a su conservación y cuidado. Se debe propender a la mejora de la calidad de los paisajes urbanos y rurales, evitando su degradación física y visual, de tal forma de mantener una conciencia respecto al uso eficiente y renovable de los recursos que albergan los paisajes tanto por parte de las empresas turísticas como de los visitantes.
Ejemplos de buenas prácticas:
La empresa o negocio turístico favorece la compra de productos que sean ambientalmente amigables para ser utilizados como insumos.
La empresa o negocio turístico disminuye el consumo de energías contaminantes y fomenta el uso de energías renovables.
La empresa o negocio turístico implementa un plan de manejo de desechos sólidos para reciclar o minimizar los desechos que no se reutilizan.
Es importante que tengamos en cuenta que los principios de sustentabilidad pueden aplicarse a todos los tipos de turismo y a todos los sectores de la industria turística. Especialmente necesario es que se apliquen en el sector cultural, logrando con ello mejorar la calidad de vida de las poblaciones anfitrionas, brindar al visitante una experiencia de alta calidad y conservar la calidad del medio ambiente del que dependen todos los actores involucrados en la actividad turística: poblaciones locales, visitantes y empresas. Por supuesto que las Buenas Prácticas no son exclusivas del sector empresarial, también es deber de las personas y la ciudadanía en general aplicar este tipo de medidas para evitar impactos, particularmente, en la naturaleza y la cultura cuando realiza actividades turísticas.
Con este acercamiento al turismo cultural, sus expresiones y relaciones con las sociedad, el comercio, el medioambiente y la economía tenemos una visión más amplia de la importancia del desarrollo de planes y estrategias responsables de crecimiento turístico ligado a la cultura y al patrimonio de lo pueblos. Y así, poder diseñar modelos de gestión y generación de productos turísticos culturales que potencien el crecimiento de las comunidades de manera responsable y sustentable. De este tema hablaremos en nuestra próxima entrega, gracias por su lectura y recuerden "La Cultura, transforma vidas".