Hola a todos, quise hacer este extra post por un comentario reciente de un seguidor acerca de este tema y bueno preferí responderle con este artículo, esperando sea de utilidad para todos. Hablaremos de las políticas culturales y por qué son tan importantes en la sociedad actual.
Bueno antes de iniciar, quisiera comentarles que las políticas culturales no son un concepto tan nuevo y se generalizo aproximadamente en los años 60´s; a fines de los 50´s se crea el primer Ministerio de Cultura del mundo y se comienza a hablar de política cultural precisamente bajo el impulso de ese primer ministerio de cultura, que es el Ministerio de Cultura Francés que, curiosamente nace de un decreto de tan solo 6 artículos pero a pesar de esto, fue lo suficientemente importante para generar una movilización, primeramente en Europa y luego en la UNESCO que en 1970 en Venecia, se inicia la discusión de la importancia del apoyo por parte de las administraciones públicas a la cultura. En América Latina se inicia la discusión en Bogotá en el año 1978, y luego en México en 1982.
En el caso de Costa Rica se logra empezar con esta labor a inicios del nuevo milenio en donde un estudio de la Universidad de Costa Rica del año 2006, llamado el «Marco Jurídico de las Políticas Culturales en Costa Rica» pone en evidencia el estado en el que se encuentra la legislación nacional en estos temas, refiriéndose a la promoción de los derechos culturales como un tema diseminado en una serie de decretos y leyes. Ya para el 2014, el Ministerio de Cultura y Juventud, bajo el mando del señor Manuel Obregón presenta «La Política Nacional de Derechos Culturales 2014 – 2023» que contempla una serie de lineamientos y estrategias para la dinamización de la economía cultural, la protección del patrimonio cultural material e inmaterial, el fortalecimiento institucional y los derechos culturales de los pueblos indígenas.
¿Qué son las Políticas Culturales?
Las Políticas Culturales son el conjunto estructurado de acciones y prácticas sociales de los organismos públicos y de otros agentes sociales y culturales, en la cultura; entendiendo esta última tanto en su versión restringida, como lo es sector concreto de las actividades culturales y artísticas, pero también considerando la versión ampliada, como lo es el universo simbólico compartido por la comunidad. Otra versión de la definición es la del señor Nestor García Canclini:
«Las políticas culturales son un conjunto estructurado de intervenciones conscientes de uno o más organismos públicos en la vida cultural y estas deben tener en cuenta las diversidades culturales y la realidad social del ámbito en el que nos encontremos»
En este sentido vemos cual es el papel de los diferentes autores en la participación activa de estas políticas, hablamos de las instituciones públicas, las organizaciones no gubernamentales, de las empresas como fuente de financiamiento y el de las organizaciones y entes culturales civiles, gestores y hacedores culturales mediante la realización de un proyecto de carácter cultural que cumpla una función social.
¿Qué debemos tener en cuenta?
Partiendo de estas definiciones nos encontramos en un contexto en donde las políticas culturales deben formularse bajo ciertos criterios importantes de análisis que veremos a continuación:
Modelo Participativo: este modelo se justifica claramente desde la definición misma de cultura, en donde la administración pública debe tener claro que el enfoque prioritario de la formulación y aplicación de las políticas culturales debe de ser hacia y para el pueblo, y que la vinculación y participación activa de los entes culturales, lideres, portadores y actor culturales comunitarios es imprescindible para entender la realidad cultural de la población y con ello la generación de estrategias canalizadas en la realidad cultural de la ciudadanía.
Análisis cultural: debemos tener claro ¿qué es lo tenemos en estos momentos? y ¿qué debemos fortalecer?. El diagnóstico de la situación actual de la cultura en el sector en donde desarrollaremos las políticas nos darán una guía de donde y cómo iniciar, para ello podemos apoyarnos en los actores culturales comunitarios solicitando colaboración, apoyo, sugerencias y participación en grupos de trabajo para recabar la información necesaria para nuestro inventario cultural.
Infraestructura Cultural: Parte importante del desarrollo de estrategias participativas, colaborativas y de acción cultural es el tener donde realizarlas. Los espacio culturales no solamente permiten el accionar de las estrategias sino también, el acercamiento permanente con la comunidad, pensar en la distribución de acciones bajo una red de infraestructura distribuida en las comunidades me permitirá maximizar los resultados. Y no hablo de espacios especializados como museos, galerías o teatros, me refiero a lugares acondicionables para estas actividades como los centros educativos, salones comunales, plazas de deportes, áreas recreativas, etc. Entre más nos acerquemos a las comunidades mejores resultados veremos en nuestras acciones.
Peso Político: las políticas culturales no deben ser una banderilla política para los partidos gobernantes y se debe tomar las medidas presupuestarias y administrativas necesarias, para que estas se cumplan y se apliquen aún en los cambios de mandato. La asignación del presupuesto cultural se debe de visualizar de acuerdo a la inversión en desarrollo social, educación y economía como un motor de crecimiento social, siendo la cultura uno de los principales pilares del desarrollo social sostenible.
Servicio Profesional Institucional: el papel de la administración pública debe ser activo, participativo y de respaldo, en donde los encargados culturales de las municipalidades o alcaldías deben ser especializados o capacitados para entender el contexto cultural, la administración cultural y tener la sensibilización necesaria para actuar responsablemente ante las necesidades culturales de la comunidad. No basta con colocar a una persona en el puesto, sino que, esta debe de ejecutar sus funciones teniendo claro cual es su papel como gestor o facilitador cultural ante la comunidad.
Que no quede en el papel: una de las más comunes situaciones en temas de políticas culturales es el hecho de que después de un arduo trabajo de recopilación de información y acercamiento con la comunidad cultural, luego de armar el plan de trabajo y de tener las políticas listas, la ejecución se vuelve un mal chiste que al final no sonríe a nadie. La ejecución y la visibilización de resultados es la parte más importante de las políticas culturales, por lo que, se debe velar por su aplicación correcta y justificación del gasto del presupuesto.
Cultura en los barrios: como lo mencione anteriormente, entre más cerca estemos de los barrios y las comunidades mejor serán los resultados. Se cae en el error común de enfocar la mayor cantidad de los recursos en la «cultura élite», limitando el acceso de esta a las comunidades más necesitadas. La distribución equitativa de los recursos culturales y del presupuesto es importante.
Programas de Educación Cultural: con esto quiero decir que los programas culturales deben ser diversificados y canalizados, en el sentido que, no basta con tener un programa de música, de canto, de danza, etc. sino que, debemos pensar en la formación de los docentes, gestores, cultores y personal administrativo. Programas no solamente de aprendizaje artístico o de proyección escénica sino también de valorización cultural, de emprendimiento cultural, de gestión y promoción, de obtención y adquisición de fondos, etc.
Realización: las políticas culturales se realizan a través de acciones de reglamentación (como decretos, leyes, órdenes, reglamentos), la promoción (subvenciones, ayudas y fondos) y por la intervención directa (organización de actores culturales, creación y articulación de grupos y formación).
¿Cuál es su importancia?
Desde el punto de vista del artista y del gestor cultural es común que en la mayoría de las ocasiones su participación consista sólo en pedir apoyos económicos para llevar a cabo sus proyectos y actividades. Sin embargo su participación podría ser más activa al ser representantes de grupos o comunidades compartiendo su experiencia en administraciones anteriores para una mejor planeación de actividades y de requerimientos de recursos Así mismo, las organizaciones no gubernamentales como asociaciones civiles, empresas, medios de comunicación, y demás; pueden planear o patrocinar actividades que favorezcan el intercambio cultural de la población.
La función de la política cultural en la sociedad es la de facilitar, como generador o mediador, todas aquellas acciones que involucren el aspecto cultural en cualquiera de sus manifestaciones que van desde el rescate de obras y patrimonio histórico, el estímulo para la creación artística, edición de libros, conformación de grupos culturales, exposiciones arqueológicas, conferencias, construcción de monumentos, exposiciones de pintura, ferias, presentaciones de teatro, cine y música, talleres, diplomados, así como la construcción de espacios físicos que generan comunicación entre los grupos artísticos tales como parques, bibliotecas, teatros, centros culturales y auditorios.
A través de un reconocimiento de estas políticas se puede abrir un diálogo entre diferentes personas (pertenecientes a varios estratos sociales) con la finalidad de generar un proceso creativo y reflexivo en cada uno de los participantes. Como la sociedad es heterogénea y tiene distintas formas de ver un mismo objeto, la política cultural funciona como una manera de democratizar acciones y llegar a un común acuerdo en beneficio de la población. Incluso puede abarcar actividades que tienen que ver con la tolerancia, derechos humanos, defensa del ambiente, equidad y libertad creativa.
En un sentido práctico, el conocimiento de la política cultural trae beneficios económicos al lograr que un evento cultural pueda ser rentable con el apoyo de diversos patrocinadores, al traer turismo por los festivales organizados, al ofrecerle a la comunidad alternativas en donde puedan acudir en caso de ocio o buscando entretenimiento, al facilitar espacios o recursos que inciten el desarrollo de proyectos en beneficio de la comunidad.
La gran diversidad de actividades que abarcan las políticas culturales es señal de que ocupan un lugar importante en las actividades sociales cotidianas. Sin embargo, ante la desinformación de la población dichas actividades han quedado rezagadas por el paso de los años, no corresponden a las necesidades de la época actual y su aplicación se ha visto limitada solo a las áreas de interés de ciertos grupos o personas.
El conocimiento de las funciones y objetivos que conlleva la política cultural logrará que la sociedad se interese en sus acciones y forme parte activa de las reflexiones y discusiones que giren alrededor de estas medidas. Dicho diálogo abrirá vínculos de comunicación entre la sociedad y el Estado lo cual permitirá que las actividades culturales se democraticen ante la opinión consensuada de varios sectores, se multipliquen al existir más personas vinculadas y se realicen de tal manera que cumplan con los objetivos propuestos. Con esto no solamente se desarrolla la actividad cultural dentro de los convenios inter institucionales y sociales, sino que también permite un crecimiento económico y social al educar a la población, facilitar herramientas que les permitan un ingreso económico, la vinculación con la cultura y el alejamiento de los vicios sociales y con esto combatir la delincuencia, la deserción educativa, el desempleo, la pobreza, etc.
Las políticas culturales son entonces, dirigidas de forma correcta, una herramienta de saneamiento social que no solamente interviene en los procesos culturales sino que facilita el acercamiento entre el Estado y la población y colabora en la disminución porcentual de los procesos negativos de la sociedad, permitiendo así el crecimiento integral sostenible de las comunidades.
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Gracias por su lectura y recuerda que ¡La Cultura, transforma vidas! Nos vemos.
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