El conocimiento, como parte de la acumulación, construcción y transmisión de saberes a través de la historia, siempre será un importante insumo para la transformación, desarrollo y continuidad de procesos y sistemas sociales que nos permiten conocernos e identificarnos como miembros de un colectivo o territorio. En el caso de las manifestaciones culturales, la generaciones y el tiempo se han encargado de construir y alimentar los productos culturales para mantenerlos vigentes o por el contrario recordarlos como realmente fueron vivinciados.
Muchas manifestaciones culturales que aún permanecen vivas y en constante evolución traen a la mesa un termino interesante de analizar, «la vieja escuela o vieja guardia» dando referencia a aquellos protagonistas que colaboraron en la creación y desarrollo de algúnh tipo de actividad que con el pasar del tiempo fue adoptada por un grupo y evolucionado generacionalmente hasta formar grupos identitarios de características que marcan una difenrencia del antes y después en la práctica social de esa actividad. Estos personajes, tan importantes como la manifestación mismas nutrieron de material y esencia a ese producto que vive en los jóvenes de ahora y se desarrolla con nuevos aportes que en el futuro serán referencia a otros nuevos insumos de continuidad.
En este apartado encontramos que en la danza existen muchas similitudes cuando de la vieja escuela se trata, en el caso de la salsa caleña por ejemplo s habla de aquella vieja escuela que da inicio a un movimiento cultural que lleva a convertir a la ciudad de Cali en la capital de la salsa, aparecen entonces esos nombres que dan forma e historia a esta manifestación, Jimmy Bogaloo, Sangento loco, Felix 20 millas, Amparo arrebato, Guatusi, entre muchos otros son solo algunos de los precursores de este baile. Así de la misma manera pasa con el Tango en Argentina y en Costa Rica no es la excepción en donde el Swing Criollo tiene dentro de su gremio identificados a aquellos actores que dan vida a este fenómeno social.
La vieja guardia del Swing, como fueron nombrados los precursores de esta danza, se identifican y reconocen como parte importante del desarrollo cultural de un patrimonio cultural inmaterial que también tiene sus nombres y personajes importantes. «Pelusa», «Moraga», «El Gringo», «Campanera», Cecilia, «La China», Elías, Gilberth y muchos más que participan de este proceso desde hace ya varias décadas.
Todos con su estilo particular y características especiales que los hacen creadores únicos del material que alimento a la nuevas generaciones y estableció los estándares de base para el desarrollo del Swing Criollo.
La intensión diferenciada entre la nueva y la vieja escuela
Existe una marcada diferencia entre la nueva y la vieja escuela que va más allá del desarrollo del baile en un salón. Claramente el contexto y la forma de practicar la danza cambia conel tiempo, con estilos, formas y apreciaciones diferentes.
Analizando desde otra perspectiva este proceso de separación generacional, podemos ver la existencia de aspectos importantes que marcan un límite a nivel intensional en la formulación de la danza como elemento constructivo de símbolos y elementos creativos.
La vieja escuela, partiendo de la acotación anterior tuvo el privilegio y la particularidad de crear libremente sus elementos sin estructuras previas ni parámetros pre establecidos, fuera de la academia y desde su sentir más profundo de disfrute y sensación. Porque no solamente es bailar, la necesidad de encontrar a ese o esa cómplice que habilitara la posibilidad creativa de sentir y a partir de esa conexión dar vida a nuevas formas, da una experiencia única que la nueva guardia no logro disfrutar o por lo menos no de la misma forma tan orgánica como quisiéramos. En contraposición, la nueva guardia con estructuras ya establecidas y códigos salomónicos que de no cumplirse satanizan la interpretación llevan a delimitar el pensamiento creativo de los bailarines y restringen a parámetros rígidos los movimientos y formas, pero no sacrificando el potencial inventivo de los jóvenes bailarines que llevo al Swing Criollo a otro nivel de complejidad.
Una manifestiación viva, aún desde sus creadores
Pensando y retomando el término conocido como «Vieja escuela» o » Vieja Guardia» debemos detenernos un momento a considerar si realmente este concepto aplica a la realidad de los bailarines etiquetados en este espectro de interpretación. Si consideramos que la vieja escuela o la vieja guardia da lugar a aquellos bailarines que iniciaron un movimiento dancístico y lo desarrollaron allá por lo años sesentas, hablamos de un estilo vieja guardia caduco, viejo, antiguo o anticuado que quedo en el pasado y forma parte de la historia del baile que representa. Un estilo de baile que queda resagado por una nueva escuela que se pone en voga y que representa al bailarín actual.
Pero que pasa si aún en la actualidad, la llamada «vieja guardia» esta más viva que nunca y es más, y es que de vieja no tiene nada, pues se desarrolla todavía en los salones de baile con su vigor y el sabor característico que involucra ese sentir y da lugar a los más ricos estilos de los bailarines de gran trayectoria que aún suenan las tablas de los salones de baile con su percutido y único movimiento. No podemos llamar entonces a este grupo de creadores como «los de la vieja guardia» si su estilo aún vive y se reproduce con igual o mayor fuerza que la llamada «nueva guardia». Entendemos que estos interpretes son persona adultas con edades avanzadas pero el término no contempla un rango de edad específico sino más bien a una forma de bailar que identifica una época determinada, pero que no alude la trayectoria de sus proyectores. Es por esto que el cambio de paradigma es importante para lograr la dignificación de un estilo de baile que aún se vive en los salones y que sus protagonistan disfrutan con gran alegría y deboción. Un nuevo término entra en vigencia, «la guardia dorada«, concepto que no solamente engloba a aquella forma de bailar aún imperecedera sino que también reconoce el valor y la importancia de los bailarines que desde los años sesenta siguen disfrutando del baile y siguen aportando y enseñandonos a vivir el baile con gran pasión.
«La Guardia Dorada» es aquel grupo de personas creadoras, fundadoras, procursoras que desde los años sesentas bailan y viven el Swing, y de quienes debemos estar agradecidos siempre por su ardua labor de difusión, por su gran interés creativo de innovar, dandoles ese respeto invaluable como maestros del baile, como maestros del Swing Criollo, como los bailarines que a pesar de las adversidades y las dificultades que pudieran presentan seguían firmes en su creación y movimiento, logrando colocar en el alma del costarricense un baile único en el mundo y que hoy es patrimonio cultural inmaterial de Costa Rica, ellos son en definitiva «la guardia dorada».
Símbolo de respeto, admiración, valor y reconocidos como de gran importancia para el colectivo, este es un término que permitirá revalorar la labor invisibilizada en muchas ocasiones de aquellos a los que les debemos lo que tenemos en la actualidad, sin olvidar que dentro de unos años seremos parte de este grupo importante de personas que sin querer crearon una maravillosa experiencia de movimiento.
Los estilos de la «Guardia Dorada» y la «Nueva Guardia», conviven aún en los salones de baile, compartiendo algunos códigos y diferenciandose en otros pero mateniendo esa misma pasión y energía. Es común ver una pista de baile a las dos generaciones juntas como pareja bailando sin parar una buena pieza de cumbia o bolero, una mezcla armoniosa que esperemos se mantenga en el tiempo, porque tener esa dicha no es de cualquiera y la verdad, nosé ustedes pero en mi opinión personal, no hay nada más emocionante y hermoso que compartir la pista bailando con una institución creadora, un maestro o como los llamaremos a partir de ahora un miembro de la prestigiosa «Guardia Dorada del Swing». Un saludo a todos esos maestros, y recuerden que «La Cultura, transforma vidas».
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