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Foto del escritorWil Jiménez Kuko

Las Organizaciones Culturales y su papel como transformadores sociales

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En el entramado social que nos forma como comunidad y miembros de un mismo territorio, participan muchos actores que desde sus experiencia se involucran en el trabajo de mejoramiento social de sus comunidades, desde diferentes enfoques de interés y liderando a sus copensandores hacia la lucha incansable de gestión en colectivo. Este es el caso de la organizaciones culturales, aquellas creadas desde lo comunitario, quienes se encargan de desarrollar procesos culturales permanentes en sus territorios sin estar necesariamente vínculados al ámbito estatal o al mercado de bienes o servicios culturales.


Partiendo primeramente de lo que podemos entender como comunitario, en donde el bien común, lo colectivo, ese sentido de pertenencia y solidaridad toman parte en el convivir de un determinado territorio. Vemos como poco a poco estar organizaciones empiezan a tomar fuerza sirviendo en muchas ocasiones como mediadores entre el Estado y la sociedad civil en la formulación de políticas públicas culturales y el fortalecimiento de procesos organizativos y de participación desde la gestión de proyectos y de trabajo en red. Configurando la relación de estos hacia un nuevo modelo de prácticas organizativas en lo local.

Este nuevo modelo parte del hecho de que no todo lo poblado de un territorio hace comunidad, para ello debe de existir una consciencia de unidad e interacción del colectivo, tomando en consideración que no se puede a la cultura separada de un proceso de construcción de valores, de una ética y de un proyecto en sociedad.


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Cuatro palabras esenciales para hablar de las Organizaciones Culturales en lo comunitario

  1. Cultura, vista desde su origen basado en la experiencia desde el colectivo mismo que la representa, en donde desarrolla características diferenciadas y identitarias del territorio en donde se desarrolla.

  2. Comunicación, como medio para compartir vivencias y motor de transmisión del saber de los pueblos.

  3. Comunidad, actores que participan en la construcción y reconstrucción de sus valores culturales desde la cotidianidad de sus relaciones sociales.

  4. Conocimiento, capital cultural, identificación de aspectos importantes positivos o negativos de la comunidad.

Con estas «4Cs» las organizaciones culturales participan de forma importante en el desarrollo de actividades y estrategias para la transformación pues se conforman por miembros de la colectividad que representan e impactan y reconocen las necesidades y fortalezas que envuelven que quehacer de lo comunitario desde la realidad.

Bajo esta condición las organizaciones culturales sirven de acompañamiento en los procesos de gestión cultural, facilitando el intercambio de información entre la sociedad y el Estado, por medio de canales de diálogo y puestas en valor del escenario real de los colectivos para generar estrategias de intervención acordes con lo que se necesita. Promover acciones colaborativas que permitan la participación de la comunidad en el mejoramiento y creación de políticas que les permitan desarrollar su territorio y sentirse parte de los medios transformacionales que acondicionarán una mayor calidad de vida cultural en la comunidad.

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Otros de los puntos importantes en la mediación transformacional de las organizaciones culturales es el de desarrollar metodologías de traabajo en red en donde más actores puedan participar de forma organizada en la aplicación de las acciones cubriendo así un mayor territorio y especializando la labor individual de los mismos y así mejorar su gestión y apropiación de los conocimientos. Acompañar los procesos de memoria viva del presente con una planificación hacia el futuro, hace posible que las organizaciones culturales desde su función como actores de cambio y revalidación de los códigos y símbolos sociales del colectivo permitan la perpetuidad de los mismos en el tiempo, acondicionando las capacidades y el escenario para salvaguardar los biene culturales vivos.

Con este apoyo, las comunidades podrán formarse un pensamiento crítico y generar habilidades para la vida en comunidad que les permitan con el apoyo de esas organizaciones, fomentar la creación desde lo local en conexión con lo nacional e internacional, para llevar ese empoderamiento respaldado a la generación de estructuras organizadas de desarrollo social que impacten no solamente el campo cultural sino que también permitan el crecimiento desde lo político, social, económico y de como se vive la apropiación del conocimiento y de la cultura desde el bien común, por medio de la gestión de ese coonocimiento colectivo que impulse el desarollo de los territorios.

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Saber integrar de manera transversal la apuesta creativa, formativa y de intercambio cultural a las nuevas dinámicas de comunicación y apropiación de conocimiento; sólo de esta manera aquello que siempre hemos defendido como la lectura del territorio y la conciencia de lo colectivo podrá dar frutos importantes hacia las nuevas lógicas sostenibles.

La mirada hacia las subjetividades desde la cultura nos invita a pensar procesos e instituciones culturales que dialogan con el entorno, desde el pensamiento y la participación crítica, con un amplio sentido de lo colectivo y en sinergia con las apuestas del mundo que irremediablemente afectan las lógicas culturales y comunitarias.

Este pide cada vez más una injerencia amplia de la cultura en la mirada del desarrollo, como pilar importante en la búsqueda de la sostenibilidad; propongo organizaciones que generen intercambio y diálogo cultural, de reconocimiento de la memoria de los territorios y sus comunidades, de aprendizajes a través de la gestión, el desarrollo de estrategias y metodologías para la acción colaborativa, las pedagogías, metodologías y contenidos que sean consecuentes con los entornos pero también con la exploración del mundo desde sus divergencias.

El reto está entonces en saber conectar las múltiples posibilidades comunitarias con las herramientas existentes en el ejercicio de la gestión. No hay una única ni correcta manera de hacerlo, la gestión cultural como el conocimiento se alimenta de la interacción con otros, de los aprendizajes obtenidos y de la conversación permanente con el territorio y el resto del mundo. Y recuerda «La Cultura, transforma vidas».


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