Parte del desarrollo normal de la danza como un fenómeno nacido en las entrañas de la sociedad, en donde su forma más primitiva, el movimiento, ha sido parte de la vida humana desde tiempos inmemoriales y ha estado evolucionando, alcanzando forma más complejas de interpretación y simbolismo que llenan de significado el baile en todas partes del mundo. En Costa Rica, a principios de los años 60´s surge un fenómeno social en los salones de baile como resultado de la participación creativa de los bailarines de la época que inician un proceso de experimentación del movimiento y su relación con la música cumbia sin percatarse de la genialidad que habían creado. Continuó su camino por el tiempo afrontando dificultades y barreras que no detuvieron a sus progenitores hasta lograr conseguir la visibilización necesaria para convertir al Swing Criollo en la primera danza costarricense en ser declarada patrimonio cultural inmaterial. Las nuevas generaciones entran en el escenario del Swing a inicios del 2000, con nuevos movimientos y secuencias que nutren a este baile de material interesante y complejo que colabora con el camino normal de una manifestación cultural que avance con sus practicantes en el tiempo.
Surgimiento de una discusión En los últimos años, con el surgimiento a principios del nuevo milenio de la llamada «nueva guardia» y su nuevo y particular estilo de bailar el Swing Criollo, ha salido a la luz una división de pensamiento entre los conservadores o tradicionalistas y las nuevas generaciones que empiezan a innovar en su forma de disfrutar este baile. Por un lado están los conservadores o portadores más tradicionalistas que piensan que las nuevas generaciones están destruyendo la esencia del Swing con pasos y movimientos ajenos a su origen, y que el Swing debería de quedarse tal y como se practica en los salones, y que es ahí donde realmente se ve al verdadero Swing, desacreditando el trabajo de las academias, las agrupaciones y aquellos innovadores que intentan dar nuevas formas y material al Swing Criollo. Pero muy comprensible al conocer el proceso vivido para colocar al Swing donde se encuentra. Por otro lado, las nuevas generaciones hambrientas de nuevas formas de interpretación y atomizados por las influencias consecuentes del uso de las nuevas tecnologías y los ritmos foráneos, quieren con libertad crear, asumir e involucrar nuevas técnicas y pasos para mejorar según ellos la forma de practicar el Swing. En un momento, en donde, los espacios de disfrute del Swing se han reducido dramáticamente y en donde la unión del gremio es vital para la continuación del Swing como patrimonio vivo, parece ser que esto no es de importancia para los bailarines del Swing, o tal vez no han logrado entender que así como en una época determinada el Swing Criollo apareció de la creatividad del bailarín, es parte de su evolución, el volver constantemente a su origen y reformularse a los tiempos y tendencias actuales para no morir, como todo fenómeno social que tiene la necesidad de evolucionar y desarrollarse junto con su comunidad. Pero que pasa con lo que llevo al Swing a convertirse en patrimonio, donde queda la salvaguarda y la protección de esta manifestación cultural.
Entendiendo como funciona un patrimonio vivo El contenido de la expresión “patrimonio cultural” ha cambiado bastante en las últimas décadas, debido en parte a los instrumentos elaborados por la UNESCO. El patrimonio cultural no se limita a monumentos y colecciones de objetos, sino que comprende también tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes, como tradiciones orales, artes del espectáculo, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el universo, y saberes y técnicas vinculados a la artesanía tradicional. Pese a su fragilidad, el patrimonio cultural inmaterial es un importante factor del mantenimiento de la diversidad cultural frente a la creciente globalización. La comprensión del patrimonio cultural inmaterial de diferentes comunidades contribuye al diálogo entre culturas y promueve el respeto hacia otros modos de vida. La importancia del patrimonio cultural inmaterial no estriba en la manifestación cultural en sí, sino en el acervo de conocimientos y técnicas que se transmiten de generación en generación. El valor social y económico de esta transmisión de conocimientos es pertinente para los grupos sociales tanto minoritarios como mayoritarios de un Estado, y reviste la misma importancia para los países en desarrollo que para los países desarrollados. Este sólo puede serlo si es reconocido como tal por las comunidades, grupos o individuos que lo crean, mantienen y transmiten. Sin este reconocimiento, nadie puede decidir por ellos que una expresión o un uso determinado forma parte de su patrimonio. Analizando los apartados anteriores, debemos de considerar que desde hace veinte años, las nuevas generaciones han aportado mucho al Swing Criollo y que estos aportes han sido aceptados por la misma comunidad que lo practica y que lo evidencia en los salones de baile que aún mantienen el espacio abierto. Como parte del entramado social, es y será normal que al mantenerse vivo, hayan períodos de adaptación a los requerimientos sociales de la época y así sucederá ahora y en el futuro, es aquí entonces en donde debemos de hacer un alto en el camino y repensar como podemos hacer para el Swing Criollo pueda continuar su camino sin problemas.
Categorización del Swing Criollo Ese repensar lo podemos relacionar con la evolución que han tenido otros patrimonios culturales inmateriales y que su comunidad ha logrado hasta cierto punto solucionar esta problemática y quedar bien con todos sus portadores, independientemente de su forma de pensamiento. La categorización ha venido a solucionar muchos conflictos y permite además direccionar las diferentes formas de disfrutar del PCI sin cometer un pecado de muerte en la mira de sus practicantes. En el caso del Tango por ejemplo esa categorización funcionó para entender donde y como se desarrollan las diferentes formas de este baile, desde las milongas de salón, hasta el tango de escenario, cabaret, de exhibición, de competencia y demás categorías que especializan al interprete y que resguardan la raíz y la esencia del baile desde su origen. Así aplican también otras manifestaciones como el Paso Doble, el Flamenco, la Marinera y muchas más que han logrado dar el paso a la democratización del baile por medio de la apertura de expresiones. Por primera vez, hablare de este punto y pondré en la mesa de discusión un referente para el diálogo y la toma de decisiones con respecto a este tema que nunca en la historia del Swing se ha tratado como una alternativa posible al surgimiento de este baile y su proyección en el tiempo. A continuación presento con una fundamentación basada en el análisis contextual actual del Swing Criollo en relación con los espacios disponibles y sus portadores a nivel general, las categorías a considerar para el disfrute del Swing Criollo desde todos escenarios: Swing de la Vieja Guardia (ahora llamada Guardia Dorada): esta forma de bailar es particularmente interesante ya que no se tiene un estilo definido de bailar ya que, cada uno de los bailarines tiene su propia forma de interpretarlo y sus propios movimientos, este estilo esta relacionado con los bailarines mayores de 40 años, por lo que considero dejar esta categoría intacta y buscar la manera de preservar y documentar su forma de bailar.
Swing Nueva guardia: con el desarrollo de los diferentes espacios de aprendizaje y de practica del Swing, la nueva guardia logro estandarizar la forma de bailar con pasos bien definidos, una cualidad clara y una forma de ejecución bien establecida en el colectivo. Este estilo es el que normalmente se ve en los salones de baile, es el que más se practica y enseña. Este es el estilo adoptado por las nuevas generaciones y que realmente se ve en los espacios originales del Swing.
Cardio Swing: utilización de elementos del Swing Criollo para el ejercicio aerobico y anaerobico
Swing de Escenario: el Swing Criollo es una manifestación cultural que nace del pueblo y para el pueblo por lo que nunca será posible trasladarlo a una escenario, por lo que esta categoría es una representación escénica de lo que se puede vivir en un salón de baile, pero con las condiciones y requerimientos que una puesta en escena requiere. También puede verse al baile en sí mismo sin una interpretación de escenario específica. Esta categoría presenta las siguientes sub categorías: Swing de competencia, Swing Coreográfico, Swing de Espectáculo, las cuales explicamos a continuación,
Swing de Competencia: pensado para competir con una rubrica definida y parámetros de evaluación que delimitan la producción creativa de un montaje coreográfico, puede ser grupal, individual, en pareja, dúo, trío, en fin cualquier formato con estas condiciones. Algunos tipos de este apartado son: el cabaret (con cargadas), de piso (mayor manejo del espacio), «same gender», «solos» (individual), «free style» (estilo libre) e improvisación (en donde se interpreta una canción aleatoria). Swing Coreográfico: el montaje en esta categoría es muy similar a la de competencia pero con mayor libertad de producción, siempre manteniendo parámetros básicos como coordinación, cualidad, manejo de tiempos, expresión, diseño coreográfico, etc. Puede ser grupal, individual, en pareja, dúo, trío, en fin cualquier formato con estas condiciones. Esta categoría es mas de proyección escénica no competitiva. Swing de Espectáculo: montaje coreográfico o escénico no necesariamente coreográfico, enfocado en la proyección de un show o espectáculo especifico, puede presentar temáticas, y permite la libertad creativa siempre y cuando se preserve la esencia de los movimientos del Swing Criollo. Puede ser grupal, individual, en pareja, dúo, trío, en fin cualquier formato con estas condiciones. Aquí también podemos mencionar al Swing Fusión, el cual permite la combinación de ritmos y estilos de baile de otras áreas de la danza para crear una nueva forma de interpretación.
Cada una de estas categorías se amplían y detallan mucho más en el documento que realice a raíz de este análisis y todos aquellos que quieran conocer más de estas clasificaciones, pronto daré una charla al respecto. Esto puede llevarnos a ver el Swing desde varios puntos de vista, cada uno bien definido y detallado, ninguno excluye ni irrespeta al otro, pero si clasifica a las diferentes formas y trabajos realizados con el Swing Criollo para que desde los diferentes espacios se pueda entender a cual pertenezco y como debo de trabajarlo o redireccionarlo en caso de querer cambiar nuestra forma de trabajar y disfrutar el Swing Criollo. Como lo mencione anteriormente, la tolerancia y la apertura bajo el respeto y en sentido de salvaguarda del Swing como patrimonio cultural inmaterial, será el camino para que esta manifestación viva continúe así por mucho tiempo más.
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