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Entrega 2: Desarrollo de un Modelo de Gestión para Centros Culturales

Actualizado: 8 dic 2020


Hola a todos, continuamos con esta entrega especial, en esta ocasión profundizaremos en el proceso de creación de un modelo de gestión para los centro culturales. En la entrega anterior abordamos algunos aspectos importantes que debíamos de conocer para iniciar con este modelo. Formamos el concepto de Centro Cultural, analizamos sus características y funciones, también estructuramos la definición de planificación estratégica desde sus conceptos individuales y revisamos cada uno de los pasos o fases que conforman un plan o modelo de gestión cultural.


En caso de que aún no hayas leído la primera entrega de este especial, acÔ te dejo el enlace para que puedas echar un vistazo: Conceptualización de un Centro Cultural


Antes de iniciar con la creación de un modelo de gestión cultural para los centros dedicados al arte y promoción cultural, es importante tener claro todos los pasos, secuencias y etapas que componen este plan y que se deben desarrollar. Si bien es cierto, no existe una única manera para desarrollar un modelo de gestión, pues las metodologías son variadas y dependen en gran medida de la intencionalidad del proyecto, su alcance y objetivos. La metodología utilizada en esta entrega es la que para mi concepto mejor funciona en la mayoría de los casos, pero de igual manera los modelos son flexibles y puedes personalizarlos para adecuados a los requerimientos que necesites abordar.


En sĆ­ntesis, la metodologĆ­a sugerida plantea trabajar tres etapas fundamentales, la primera de ellas denominada Diagnóstico, la que establece levantar información objetiva para conocer el entorno en sus distintas dimensiones, en especĆ­fico lo que denominamos ā€œDemanda ArtĆ­sticaā€ y paralelamente la ā€œDemanda Culturalā€, y el territorio y las dinĆ”micas locales que se dan en Ć©l. Una segunda etapa llamada Conceptualización, la que permitirĆ”, con la información objetiva ya levantada y a la vista, tomar decisiones fundamentales sobre ĀæquĆ© se quiere y necesita hacer? con y en el centro cultural. Se finaliza con la tercera etapa denominada Planificación, documento que establecerĆ” las caracterĆ­sticas especĆ­ficas de modo y manera de funcionar del centro cultural. Esta etapa es la que le darĆ” la caracterización final al modelo global de gestión cultural del equipamiento cultural. Este esquema grafica las tres etapas mencionadas y sus principales contenidos:



En la grÔfica anterior podemos ver cómo las diferentes etapas del modelo de gestión funcionan en consecución y que todo el proceso inicia con la evaluación de la realidad local, del anÔlisis de la comunidad y la identificación de las evidencias e insumos que nos permitirÔn transformar la información en un diagnóstico que contextualice las dinÔmicas del territorio y su colocación en lo físico y/o virtual. Es importante destacar que todas y cada una de las etapas de este proceso son relevantes y necesarias, y que cada una de ellas tiene su tiempo de investigación, anÔlisis y planificación de los distintos elementos que las integran. A continuación, un mapa conceptual que permite ver los distintos componentes del Modelo de Gestión en sintonía:


La integración de estas etapas como procesos indispensables dentro del desarrollo del plan, deben complementarse con los aportes dados por la comunidad y las experiencias previa o iniciativas creadas y que se encuentren funcionando en el escenario en donde se quiere incidir. Vamos a desarrollar de forma detallada cada una de las etapas, con el fin de establecer modalidades de funcionamiento y gestar la implementación mas adecuada de estos apartados del modelo de gestión para centros culturales.



A. Diagnóstico


A.1 Diagnóstico del territorio

En este apartado se busca conocer y analizar el entorno, identificando aquellos aspectos culturales, sociales, polĆ­ticos, económicos y demĆ”s temas relevantes que para nuestros objetivos funcionen para el desarrollo del plan. Se espera que el diagnóstico sea una ā€œradiografĆ­a actualā€ de las dinĆ”micas locales con Ć©nfasis en el Ć”mbito cultural. El tĆ©rmino ā€œdiagnósticoā€ es un concepto discutido en el Ć”mbito de las ciencias sociales en la medida en que se convirtió en un paradigma del conocimiento que se asume como la ā€œdescripción completamente objetiva y hasta cierto punto, asĆ©ptica de la realidadā€, donde los valores, intereses y concepciones del actor y/o agente que lo realiza permanecen ocultos o simplemente no cuentan para nada. En nuestro caso es distinto, ya que el ā€œdiagnóstico culturalā€ es una interpretación y puesta en sintonĆ­a de los elementos objetivos recogidos de la realidad. Es una lectura particular que hacemos sobre la realidad cultural, donde la subjetividad cuenta activamente en el proceso del conocimiento. El ā€œdiagnóstico culturalā€ es una explicación-comprensiva de la realidad cultural, que tiene dos momentos:

  • Un momento de comprensión en donde la ā€œsubjetividadā€, vista en tĆ©rminos de valores, afectos, intereses y formas de ver el mundo, interviene para determinar el foco de atención sobre la problemĆ”tica que queremos analizar.

  • Un segundo momento explicativo, en el cual construimos una explicación racional y lógica de los problemas-objetos de estudio cultural.

  • El diagnostico debe arrojar las necesidades y problemĆ”ticas presentes en una comunidad y territorio que queremos enfrentar y que se complementarĆ” con los antecedentes relevantes para estructurar el marco teórico o conceptual.


Los contenidos que se debe abordar el diagnóstico son, a lo menos, los siguientes:


Contexto del desarrollo cultural regional:

  • Historia regional y comunal

  • PolĆ­ticas pĆŗblicas y privadas del entorno, determinando las implementadas y las que esten por ejecutarse.

Contexto Comunal:

  • Antecedentes geogrĆ”ficos, demogrĆ”ficos, sociales y económicos.

  • DinĆ”mica del sector productivo y desarrollo económico, estructura productiva de la comunidad en el marco de la regional.

  • Plan de desarrollo comunal y plan de gestión municipal. Indicadores de consumo cultural local, entre otros.

Instituciones y agentes locales culturales:

  • Levantamiento de datos relevantes de las organizaciones comunales.

  • Tipo y nĆŗmero de organizaciones, historias, experiencias, tipo de actividad que realizan, capacidades internas, presupuestos, proyectos culturales, pĆŗblico objetivo, hitos de consumo cultural y uso del tiempo libre, entre otras.

Institucionalidad cultural municipal:

  • Tipo de organización, historia, personal, experiencia, programación, capacidades internas, presupuestos, proyectos culturales, pĆŗblico destinatario, infraestructura disponible, memorias de gestión, entre otros.

Instituciones y agentes pĆŗblicos y privados relacionados:

  • AnĆ”lisis de acciones de otros organismos, proyectos culturales, formas de organización, entre otros elementos importantes.

Existencia y dotación de infraestructuras locales:

  • Tipos de infraestructuras, nivel de participación, uso, tenencia, capacidad, estado, ubicación, tipo de oferta, etc.

Caracterización de la demanda artística:

  • Determinar la oferta artĆ­stico-cultural por los distintos subsectores (artes visuales, literatura, artes escĆ©nicas, musicales, audiovisuales, artesanĆ­a, patrimonio y otros presentes) y sus necesidades.

  • SegĆŗn inventarios y registros locales y/o aplicación de instrumentos nuevos para levantar información cualitativa.

Caracterización de la demanda cultural:

  • Catalogar el consumo cultural de la comunidad por la oferta existente y la faltante, segĆŗn registros locales, anĆ”lisis regionales y nacionales y aplicación de instrumentos nuevos para levantar información cualitativa.

AnƔlisis FODA de la comunidad:

  • AnĆ”lisis interno y externo de la comunidad, determinando sus fortalezas y oportunidades como tambiĆ©n sus debilidades y amenazas.

  • Esquema que puede ayudar en el anĆ”lisis:

La Matriz FODA: es una estructura conceptual para un anÔlisis sistemÔtico que facilita la adecuación de las amenazas y oportunidades externas con las fortalezas y debilidades internas de una organización o de la comunidad. Esta matriz es ideal para enfrentar los factores internos y externos, con el objetivo de generar diferentes opciones de estrategias. (F) Fortaleza; (O) Oportunidades; (D) Debilidades; (A) Amenazas.


El enfrentamiento entre las oportunidades de la comunidad, con el propósito de formular las estrategias mÔs convenientes, implica un proceso reflexivo con un alto componente de juicio subjetivo, pero fundamentado en una información objetiva. Se pueden utilizar las fortalezas internas para aprovechar las oportunidades externas y para atenuar las amenazas externas. También una organización podría desarrollar estrategias defensivas orientadas a contrarrestar debilidades y esquivar amenazas del entorno. Las amenazas externas unidas a las debilidades internas pueden acarrear resultados desastrosos para cualquier organización. Una forma de disminuir las debilidades internas, es aprovechando las oportunidades externas.


La matriz FODA conduce al desarrollo de cuatro tipos de estrategias:

  1. La estrategia FO: Se basa en el uso de fortalezas internas de la organización con el propósito de aprovechar las oportunidades externas. Este tipo de estrategia es la mÔs recomendada. La organización podría partir de sus fortalezas, a través de la utilización de sus capacidades positivas.

  2. La estrategia FA: Trata de disminuir al mínimo el impacto de las amenazas del entorno, valiéndose de las fortalezas. Esto no implica que siempre se deba afrontar las amenazas del entorno de una forma tan directa, ya que a veces puede resultar mÔs problemÔtico para la institución.

  3. La estrategia DA: Tiene como propósito disminuir las debilidades y neutralizar las amenazas, a través de acciones de carÔcter defensivo. Generalmente este tipo de estrategia se utiliza sólo cuando la organización se encuentra en una posición altamente amenazada y posee muchas debilidades, aquí la estrategia va dirigida a la sobrevivencia. En este caso, se puede llegar incluso al cierre de la institución o a un cambio estructural y de misión.

  4. La estrategia DO: Tiene la finalidad mejorar las debilidades internas, aprovechando las oportunidades externas, una organización a la cual el entorno le brinda ciertas oportunidades, pero no las puede aprovechar por sus debilidades, podría decidir invertir recursos para desarrollar el Ôrea deficiente y así poder aprovechar la oportunidad.

Es importante señalar que la institución debe precisar con exactitud y cuidado la misión con que se va regir la organización, la misión es fundamental, ya que esta representa las funciones operativas que va a ejecutar en el entorno y va a entregar a sus beneficiarios.


Algunas de las metodologías sugeridas para la etapa del diagnóstico territorial son:

  • AnĆ”lisis bibliogrĆ”ficos y documentales.

  • Aplicación de instrumentos de consulta y participación ciudadana.

  • AnĆ”lisis de instrumentos aplicados (encuestas, entrevistas, focos grupales, reuniones, etc.)


A2. Diagnóstico de la Cadena de valor


¿Qué es la cadena de valor?


Es un anÔlisis que se genera con la intención de determinar la manera en que funciona y se articulan los diferentes actores de la comunidad en los procesos productivos de los bienes y servicios específicos para solventar la demanda cultural del territorio. Con este estudio podremos entender como se gesta la actividad cultural de la comunidad, bajo que instrumentos se rige y bajo que contexto han venido trabajando los agentes culturales.


Esto nos permitirÔ generar las estrategias mÔs acertadas en la búsqueda de alinear las acciones para maximizar los resultados y aumentar el valor cultural percibido por el público o el usuario. Para la producción de bienes o servicios culturales, las cadenas de valor visibilizan y referencian la construcción y el funcionamiento de cada uno de los eslabones buscando de una forma crítica las mejoras en su estructura y desempeño para maximizar los resultados esperados en la entrega del paquete terminado.


El anĆ”lisis de la cadena de valor permitirĆ” conocer en detalle el entorno artĆ­stico y cultural, ya que permitirĆ” identificar a los distintos actores, sus acciones, sus pĆŗblicos, el resultado y alcances de su accionar. Por tanto, conocer estos elementos facilitarĆ” identificar la ā€œoferta culturalā€ real, lo que posibilitarĆ” tomar decisiones para el trabajo en el futuro centro cultural, permitiendo diversificar la oferta existente y dando cabida a nuevas expresiones no presentes aĆŗn en la comunidad. El siguiente esquema visualiza los distintos eslabones de la Cadena de Valor en el Ć”mbito cultural, elementos fundamentales en la etapa de elaboración del diagnóstico. Estos eslabones pueden cambiar, suprimirse o adherirse nuevos, dependiendo del contexto y el escenario estudiado.

Analizaremos los Ɣmbitos de la cadena de valor contemplados en el grƔfico:


1. Formación: El primer eslabón es el la formación artística y cultural presente en el contexto de la zona, comunidad o región, que incide en el territorio. Este Ômbito permitirÔ identificar a los distintos actores y conocer su labor y los resultados de la misma. Es importante catalogar los siguientes aspectos:

  • NĆŗmero de centros de enseƱanza, segĆŗn diferentes niveles.

  • NĆŗmero de personas con formación y/o en formación.

  • Origen de la formación.

  • Ɓreas del sector cultural que comprende la formación ofrecida.

  • PĆŗblico objetivo al que estĆ” dirigida la formación ofrecida.

  • Sistemas de financiamiento para las distintas alternativas de formación disponibles.

La información obtenida del anĆ”lisis de este eslabón facilitarĆ” la definición de la oferta de ā€œformaciónā€ que tendrĆ” el centro cultural, permitiendo potenciar y complementar lo existente, cubrir otros Ć”mbitos no ofertados y limitar la duplicación de lo ya existente.


2. Creación: En este Ômbito se identificarÔn a los actores creativos, ya mencionados en la sección del Diagnóstico Territorial, pero acÔ se aprovecharÔ de calificar sus ofertas en distintos niveles, en específico a los profesionales y a los aficionados, visibilizando fundamentalmente sus fortalezas, lo que permitirÔ incorporarlos en la programación global del centro cultural:

  • NĆŗmero de creadores (compaƱƭas, grupos, colectivos y artistas individuales), segĆŗn diferentes niveles.

  • Espacios destinados a la creación.

  • Mecanismos de financiamiento que utilizan los creadores.


3. Producción: Este tercer componente posibilitarĆ” tener un mapa global de los niveles de desarrollo y ā€œpuesta en escenaā€ de las distintas manifestaciones presentes en la comunidad, en este Ć”mbito se deberĆ” identificar:

  • NĆŗmero de actividades culturales programadas, segĆŗn tipo, origen y nivel de profesionalización.

  • PĆŗblico beneficiario de las actividades realizadas por estos agentes, tipo y cantidad.

  • Identificar si son actividades gratuitas o cobradas.

  • Ɓmbito de acción territorial de las diferentes actividades culturales programadas.

  • Mecanismos de financiamiento de las actividades culturales.

  • NĆŗmero de otros agentes involucrados en la producción y venta de creaciones artĆ­stico-culturales (manager, productor, marchantes, entre otros).


4. Distribución e Intermediación: En este campo de la Cadena de Valor es importante identificar otros aspectos distintos a los actores artísticos, tales como:

  • Canales y ventanas de distribución de los productos o servicios culturales, segĆŗn tipo, origen y nivel de profesionalización.

  • NĆŗmero de espacios culturales a nivel local y regional, con sus respectivas capacidades y equipamiento tĆ©cnico, (información recabada en fichaje de las infraestructuras disponibles en el territorio).

  • Redes o circuitos de presentación de productos o servicios culturales, con sus respectivas caracterĆ­sticas.


5. Servicios creativos e insumos: El penúltimo eslabón identificarÔ a quienes son prestadores de servicios para la gestión cultural: ƒ

  • NĆŗmero de proveedores relacionados con la creación y producción de productos o servicios culturales, segĆŗn tipo y nivel de profesionalización.


6. Divulgación y crítica especializada: Este es el último componente de la cadena de valor y permitirÔ conocer a los actores del campo de la comunicaciones, actores relevantes para el futuro centro cultural, ya que la futura política comunicacional del equipamiento deberÔ incorporarlos y ademÔs posibilitarÔ fomentar un desarrollo en aquellos Ômbitos donde no existe experiencia en la comuna, en especial con especialistas en el campo de la comunicación cultural. Se identificarÔn a lo menos:

  • NĆŗmero de medios de comunicación que cubren cultura, con sus respectivos Ć­ndices de lectorĆ­a o audiencia.

  • NĆŗmero de medios de comunicación especializados en temas artĆ­sticoculturales, con sus respectivos Ć­ndices de lectorĆ­a o audiencia.

  • NĆŗmero de periodistas culturales y/o crĆ­ticos especializados en cada una de las disciplinas artĆ­sticas.


A3. Diagnóstico de infraestructura y emplazamiento

En este Ɣmbito se analizarƔ e identificarƔ el emplazamiento del futuro centro cultural. Son factibles dos escenarios en este Ɣmbito:


a. En los casos en que el emplazamiento del futuro centro cultural ya estƩ definido desde un inicio. Para ello es importante tomar en cuenta los siguientes aspectos:

  1. Superficies construidas y disponibles

  2. Ubicación y entorno

  3. Uso de suelo

  4. Accesibilidad

  5. Plan Regulador

  6. Materiales de construcción utilizados

  7. Situación de los servicios públicos (electricidad, agua y alcantarillado).

La información que se levante en esta sección facilitarÔ la tarea de los arquitectos para realizar el programa de arquitectura del futuro equipamiento, permitiendo conocer los distintos elementos para proponer la mejor alternativa para los distintos espacios que requerirÔ la edificación del Centro Cultural.


b. En los casos en que no estĆ” definido el lugar del emplazamiento del centro cultural, es recomendable elaborar primero su Plan de Gestión antes de determinar el lugar donde se instalarĆ”. Esta alternativa facilitarĆ” que la función de los distintos espacios emanados de la acción cultural del futuro centro determine los lugares requeridos y aquĆ­ se cumplirĆ­a la premisa que ā€œla función genera la forma del espacioā€.



B. AnÔlisis y conceptualización


Concluida la fase de diagnóstico, hemos obtenido información valiosa que nos permitirÔ conocer el entorno en donde nos desarrollaremos, las características del territorio y sus componentes y las dinÔmicas sociales. Logramos identificar como funciona el proceso productivo, cuales son sus agentes y públicos, y quienes intervienen en la construcción de bienes y servicios culturales, todo esto por medio del estudio de la cadena de valor. AdemÔs, reconocimos los espacios y analizamos los escenarios posibles para el emplazamiento del centro cultural y su equipamiento, avanzando en el diseño desde el punto de vista conceptual.


Esta es la fase de las definiciones y el desarrollo de estrategias y procesos. Por lo que debemos de considerar lo siguiente:

  1. TipologĆ­a y escala del centro cultural

  2. Imagen objetivo

  3. Orientación programÔtica

  4. Misión

  5. Visión

  6. Objetivos

  7. PĆŗblico objetivo y potencial

  8. Servicios y programas culturales

  9. Institucionalidad jurĆ­dica

Este proceso de anÔlisis y conceptualización, que viene siendo la generación de un plan estratégico para una institución cultural, lo podemos dividir en cinco componentes:


  1. La elaboración de la misión de la organización, así como de su visión y filosofía corporativa.

  2. El anƔlisis externo e interno, con la finalidad de determinar las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas, o anƔlisis FODA.

  3. La determinación de los objetivos institucionales y la selección de estrategias fundamentadas en las fortalezas de la organización y que, al mismo tiempo, neutralicen sus debilidades, con la finalidad de aprovechar las oportunidades y contrarrestar las amenazas.

  4. La adopción de políticas internas para la generación de ventajas competitivas, a través de cuatro bloques genéricos: eficiencia, calidad, innovación y satisfacción del usuario.

  5. El diseƱo organizacional para configurar una estructura acorde con la estrategia adoptada.


Declaración de misión y visión:

Los propósitos y los objetivos a menudo se resumen en una declaración de misión o declaración de visión. Una "declaración de visión" describe en términos grÔficos dónde queremos estar en el futuro. Describe cómo la institución se ve en 10 ó 20 años, si todo funciona exactamente como se espera.


Una "declaración de misión" es similar, salvo en que es algo mÔs inmediato. Detalla qué tipo de programas e iniciativas impulsarÔ la organización para aproximarse a la visión que ha definido, expresa en un pÔrrafo la razón de ser de la organización. La declaración de visión tiende a ser mÔs grÔfica y abstracta que las declaraciones de misión (que tienen a ser mÔs concretas y prospectivas). Una declaración de visión "dibuja un escenario" de realizaciones ideales en el futuro. Mientras que la declaración de misión proporciona una guía inmediata, una declaración de visión inspira.


La visión es la imagen futura que una organización desarrolla sobre la realidad sobre la cual trabaja y sobre sí misma. Por lo general, la visión incluye tanto los cambios que deseamos lograr en el seno de nuestra población objetivo, como la imagen objetivo de la propia institución. Las cuestiones fundamentales que debe resolver el enunciado de visión se muestran el cuadro siguiente:


Características fundamentales de la visión

La visión debe tener dos características esenciales:

  • Debe constituir una mezcla de razón y sentimiento, en el sentido de que debe ser realista y retadora al mismo tiempo.

  • Debe ser compartida por todos los implicados en el proceso de planeamiento, pues solo de este modo podrĆ” ser llevada a la prĆ”ctica con la fuerza necesaria para hacerla realidad.


La visión, no tiene la restricción temporal que, por lo general, tienen los objetivos estratégicos. Una visión puede ser vÔlida para períodos usualmente mayores a los correspondientes objetivos estratégicos. Podría, incluso, ocurrir que se adopte una visión para toda la vida. Lo cual no recomiendo, pues parte del objetivo de la existencia de la visión, es la generación de una expectativa motivacional hacia un logro por alcanzar que debería de cumplirse con el tiempo. Plantear una visión para toda la vida implica la presentación de un logro inalcanzable a nivel perceptivo, lo ideal es modificar la visión de acuerdo a los logros alcanzados y avances en el desarrollo institucional con el paso del tiempo. Una declaración efectiva de visión debe ser:

  • Clara y alejada de la ambigüedad.

  • Que dibuje un escenario.

  • Que describa el futuro.

  • Que sea fĆ”cil de recordar y con la que uno pueda comprometerse.

  • Que incluya aspiraciones que sean realistas.

  • Que estĆ© alineada con los valores y cultura de la organización.

  • Que estĆ© orientada a las necesidades de la comunidad.


Para ser realmente efectiva, una declaración de visión debe ser asimilada dentro de la cultura de la organización. Es la responsabilidad del líder comunicar la visión regularmente, crear situaciones que ilustren la visión, actuar como un modelo de rol dÔndole cuerpo a la misión, crear objetivos a corto plazo que estén orientados hacia la visión y sean coherentes con la misión, y animar a los otros a imbricar su visión personal con la de la organización.


Paralelamente la misión debe reflejar lo que la organización es, haciendo alusión directa a la función general y específica que cumple como instancia de gestión. En la mayoría de entidades, el contenido de la misión se asocia al mandato otorgado por su respectiva ley orgÔnica o norma de creación, la cual define su marco general de actuación. Sin embargo, por diversas razones (como son la probable antigüedad de los marcos legales, la poca o nula instrumentación jurídica para el sector cultural, aunado a la velocidad de los cambios del entorno), frecuentemente tales leyes podrían ser insuficientes para definir la misión de la organización. Esta son algunas de las preguntas clave para la definición de la misión:


Mientras la visión se refiere al objeto de la planificación; la misión se refiere al sujeto de la misma. La visión es lo que esperamos que ocurra en el territorio o en el Ômbito en el que trabajamos. La misión es el rol que se espera que tenga la institución responsable de la conducción del proceso de ejecución de un plan o proyecto y, por tanto, de los cambios esperados en el Ômbito y/o población objetivo. La misión, por otra parte, suele estructurarse a partir de la intersección de las respuestas dadas a tres interrogantes: ¿Qué necesidades satisfacemos?; ¿De quién?; y, ¿Cómo?

Ayuda en esta etapa responder a estas interrogantes:



Definición de objetivos

Los objetivos deben apuntar a definir lo que se espera lograr con la realización del proyecto y no deben confundirse con las actividades, que son un medio para lograr los objetivos. Los objetivos, tanto los generales como los específicos, invitan a la acción y deben ser redactados y encabezados por un verbo específico que de cuenta de la profundidad de lo pretendido. Los objetivos generales o centrales (describen la meta = donde llegaremos al final del proceso) y los específicos (precisan el cómo lo haremos, invitando a la acción = se materializan con actividades concretas).


Esquema de formulación de objetivos:




El esquema general que a continuación se presenta, permite identificar los distintos aspectos en la etapa de toma de decisiones que serÔn fundamentales y le darÔn la identidad al centro cultural:



Finalizada la etapa de anÔlisis y conceptualización y tomadas las decisiones sobre la tipología y escala, imagen, objetivo y vocación, así como la explicación de la misión y visión del centro cultural, se podrÔn elaborar los objetivos que tendrÔ el equipamiento y determinar el público objetivo y potencial, así como los servicios y programas culturales que se ofrecerÔn, los que serÔn implementados por una institucionalidad apropiada para cumplir con la misión.


Planteados estos aspectos se estÔ en la fase final de diseño para la implementación del centro cultural y se podrÔ concluir el Modelo de Gestión del mismo.



C. Planificación


Tomadas las decisiones estratégicas, se planifica la operatividad del centro cultural, expresado en el modelo de gestión. Componentes:

  • LĆ­neas estratĆ©gicas y acciones.

  • Plan de Marketing.

  • Estructura organizacional y organigrama del equipo de gestión.

  • Recursos financieros y estrategias de captación de recursos.

  • Sistemas de control (Evaluación).


C1. Estrategias y líneas de acción

A partir de los objetivos planteados anteriormente (etapa de anÔlisis y conceptualización), se definen las estrategias centrales y las líneas de acción a seguir para alcanzarlos.


Las estrategias son las ā€œformasā€ o ā€œmanerasā€ cómo se debe proceder para garantizar el logro de los objetivos propuestos.

  • Las estrategias tienen que ver con las acciones que son claves para construir consensos, ganar adhesiones y/o vencer resistencias.

  • Son maneras de ejecutar las acciones previstas en el proyecto para garantizar su viabilidad social e institucional.

  • En tĆ©rminos de PolĆ­tica Cultural, las estrategias son ā€œcursos de acciónā€ que permiten construirle ā€œgobernabilidadā€ a las propuestas y ā€œsostenibilidadā€ al proyecto. Ej: LĆ­neas en creación, formación, difusión, extensión, fomento.

  • Sugiero revisar las LĆ­neas EstratĆ©gicas de la PolĆ­tica Nacional de Derechos Culturales y las PolĆ­ticas Culturales locales.


C2. Plan de Marketing

Combinación de los distintos elementos del marketing, entendiéndolos como el conjunto de variables controlables que la organización usa para posicionarse en el medio. Sus componentes son:

  • Producto

  • Precio

  • Distribución

  • Promoción

  • Personal

  • Procesos

  • Evidencia fĆ­sica

Si desean profundizar un poco mƔs en el tema del Marketing enfocado en la cultura, aquƭ les comparto varios artƭculos relacionados:


Comunicaciones efectivas

Ɓmbito que permitirĆ” implementar y desarrollar un plan de comunicaciones que difunda y convoque a los distintos actores a ser protagonistas del desarrollo, alcances y resultados del proyecto cultural. Esta lĆ­nea de acción o componente de la propuesta es de vital importancia, ya que marca la diferencia entre propuestas planificadas para si mismas o iniciativas donde la comunidad y el territorio son su ā€œsentido de serā€ del proyecto. En este marco no basta con contar con un plan de difusión tradicional que busca ā€œinformarā€ a los medios de comunicación para que recojan las noticias de nuestro proyecto, sino que busca construir mecanismos que generen el diĆ”logo y una comunicación educativa y efectiva entre los distintos actores participantes, de la misma manera que se contempla la necesidad de generar polĆ­ticas culturales, se debe pensar en polĆ­ticas de comunicación, porque en el mundo de hoy los medios de comunicación forman un entramado con el poder económico y polĆ­tico.


Pensar en polĆ­ticas pĆŗblicas de regulación del espacio mediĆ”tico es fundamental para preservar un espacio pĆŗblico y que, el proceso de ciudadanización de la comunicación estĆ” empezando. Hay una toma de conciencia de la necesidad de organizarse frente a los medios tradicionales tanto para apropiarse de ellos como para pensar en alternativas al nivel de polĆ­ticas. Con esto podemos ejemplificar la relevancia que tienen las ā€œcomunicacionesā€ para el logro de los objetivos de un proyecto, entendiendo que existen investigadores en este campo, que nos indican la necesidad vital y sustantiva que tiene la ā€œinformaciónā€ y el diĆ”logo que de ella se desprende, en el proceso de concepción, desarrollo – implementación y evaluación (construcción de indicadores efectivos en este campo) de un proyecto cultural. Aca les comparto los enlaces de algunos de mis artĆ­culos en donde desarrollo un poco mĆ”s el tema de comunicación e imagen organizacional:


C3. Estructura organizacional y organigrama de equipo de trabajo

Todo proyecto cultural debe contar con un equipo creativo. Este es un de los factores determinantes en el Ʃxito o fracaso de la iniciativa. Es importante definir los perfiles del equipo y por tanto conocer las competencias y habilidades requeridas para cada lugar del organigrama. Debemos definir:

  • La cultura organizacional y sus caracterĆ­sticas en lo vertical y horizontal.

  • Estructura organizacional.

  • Definiciones de roles y cargos.

  • Organigrama


C4. Recursos financieros y estrategias de captación de recursos

El presupuesto se puede determinar por:

  • Lo mĆ”s apropiado desde el punto de vista de la planificación, es guiarse por los lineamientos estratĆ©gicos.

  • Otro criterio es agrupar los gastos en los Ć­tems de personal, gastos de operación, inversión y comunicaciones.

  • Las fuentes de financiamiento pueden ser internas (provienen del mismo centro cultural (presupuesto propio, unidades de negocios, venta servicios, etc.).

  • Fuentes de financiamiento externo (privadas, pĆŗblicas y mixtas).


Tal vez te interese este artĆ­culo:


Presupuesto

El presupuesto es la expresión en recursos económicos de todos los gastos requeridos para la ejecución de un proyecto. Los recursos se pueden tipificar de muchas maneras, dependiendo de la metodologĆ­a o matriz que utilicemos. Para este caso vamos a tipificar entre ā€œsolicitadosā€, ā€œpropiosā€ o ā€œde tercerosā€.


En general, el presupuesto necesario se expresa de manera unificada (presupuesto total, todos los recursos necesarios para la ejecución del proyecto y posteriormente se explicita si son financiados con los recursos solicitados, los propios o con el aporte de terceros.


Identificaremos los tipos de costos en las siguientes categorĆ­as:


a) Inversión: Son los recursos destinados a la adquisición de bienes durables (para muchas instituciones ā€œinventariablesā€ y que son necesarios para ejecutar el proyecto, infraestructura, equipamiento tĆ©cnico que permanece despuĆ©s del tiempo diseƱado del proyecto.

b) Operación: En este ítem se incluyen los insumos y gastos corrientes que se requieren para la concreción de las acciones del proyecto. Aquí se calculan los materiales de oficina, de trabajo, gastos menores de servicios y adquisiciones temporales, y que se agotan con el uso (tinta para impresoras, papel, lÔpices, alquiler de equipos de amplificación y otros técnicos, viÔticos, alojamientos, traslados), en fin, los distintos gastos diarios que hay que cancelar para el funcionamiento del equipo de trabajo y para concretar las iniciativas del proyecto. Para las instituciones son llamados gastos fungibles.

c) Personal: Son los costos para cancelar los servicios profesionales, técnicos, administrativos y auxiliares de las personas que laboran para el proyecto y dedicarÔn tiempo en la gestión de las iniciativas que permitirÔn implementar los distintos objetivos. Los recursos en honorarios se calculan ademÔs de la labor que desarrolla cada integrante del equipo, asignando las responsabilidades correspondientes y el tiempo que cada uno de ellos dedica al trabajo diseñado.

d) Comunicaciones y difusión: El presupuesto debe contemplar un porcentaje de recursos para implementar el plan de comunicación, instrumento que harÔ efectivo la instalación pública y la convocatoria necesaria de la comunidad. Este plan contempla instrumentos de convocatorias, cartas, invitaciones, noticias, publicaciones, spot en medios de comunicación masiva, registro de lo realizado, memoria de los resultados, entre muchos otros mecanismos eficientes que se puedan construir.


Expresión del presupuesto: Es recomendable explicitar en el plan de trabajo y en el cronograma de acciones los recursos a utilizar, especificando el tiempo del gasto. Para expresar el ordenamiento financiero en relación con las distintas acciones a implementar es relevante utilizar la matriz conocida como Carta Gantt de presupuesto o Matriz de Presupuesto.


C5. Sistema de control y evaluación

  • Seguimiento y evaluación son dos aspectos de un mismo proceso.

  • Mediante el seguimiento se busca verificar el cumplimiento de lo programado en la etapa de diseƱo.

  • La evaluación permite valorar si los propósitos plateados se han alcanzado.

  • Ambos componentes se complementan, ya que se podrĆ­a realizar todo lo programado y no cumplirse los objetivos.

  • El sistema de control requiere:

- Periodicidad

- Medidas de evaluación (cualitativas y cuantitativas).

- Agentes de seguimiento (eficiencia = productividad / costos y la eficacia mide el logro de los objetivos).

- Tipo de indicadores (actividad, eficiencia, eficacia y calidad).


Evaluación:

El proceso de evaluación ā€œverifica el grado de consecución de los objetivos y metas deseadosā€ (de acuerdo con los indicadores de gestión y evaluación previamente establecidos) y realiza seguimiento de las diferentes actividades propuestas en las fases o etapas del proyecto.

  • La evaluación y seguimiento permite identificar los factores de Ć©xito, las fortalezas y debilidades el proyecto, pero tambiĆ©n hace posible visualizar los riesgos y las amenazas que dificultan la realización de las acciones.

  • Permite corregir a tiempo las desviaciones que pueden ocurrir en el desarrollo de las acciones del proyecto.


La evaluación puede ser de tres tipos:

  1. Evaluación de Resultados: Verificar el grado de cumplimiento de las metas y propósitos del proyecto.

  2. Evaluación de Proceso: Es el seguimiento a las actividades formuladas en el proyecto.

  3. Evaluación de Impacto: Es una valoración a largo plazo sobre los efectos que el proyecto tiene en las dinÔmicas culturales en las cuales se inscribe.


Indicadores: definición e importancia.

Para evaluar es necesario medir y de conformidad con su definición clĆ”sica y ampliamente aceptada, la medición consiste en asignar nĆŗmeros a objetos y eventos, de modo que se puedan transformar las ā€œproposiciones cualitativasā€ (solo en nĆŗmero) en ā€œexpresiones cuantitativasā€ (del impacto que generan). Bajo esta consideración, en el marco del sistema de monitoreo y evaluación, es necesario seleccionar indicadores que permitan evaluar el grado de cumplimiento de los objetivos de la institución y/o proyecto planteado. En el contexto de la implementación de un plan estratĆ©gico, los nĆŗmeros asignados a cada uno de los objetivos constituyen los ā€œindicadores de desempeƱoā€. Desde luego, no hay medición perfecta: es prĆ”cticamente imposible que representemos fielmente conceptos (u objetivos, o variables en general) tales como desarrollo económico, credibilidad polĆ­tica, desarrollo integral, fomento artĆ­stico, entre otros. Pese a ello, las instituciones ejecutoras deben realizar el esfuerzo necesario para establecer indicadores que se acerquen lo mĆ”s posible a los objetivos bajo evaluación.


Indicadores de desempeño: Los indicadores de desempeño son la expresión cuantitativa de los objetivos y por lo tanto constituyen la base de las acciones de monitoreo y evaluación de los planes estratégicos.

Los indicadores son ā€œmagnitudes estadĆ­sticasā€ expresadas en cifras absolutas o relativas, obtenidas mediante la agregación de datos primarios o mediante operaciones matemĆ”ticas realizadas sobre las observaciones primarias, que permiten describir las caracterĆ­sticas de una situación dada. Los indicadores permiten medir un atributo o una caracterĆ­stica correspondiente a un objeto o evento, expresados Ć©stos como objetivos de una determinada intervención. AquĆ­ radica su importancia y en cierto modo su nivel cognoscitivo superior a las proposiciones expresadas en Procesos, resultados e impactos INDICADORES PLANIFICADO REALIZADO forma literal o narrativa. Sin embargo, lo cuantitativo es indesligable de lo cualitativo, razón por la cual ā€œobjetivos e indicadoresā€ son conceptos mutuamente complementarios.


Indicadores y objetivos: Los indicadores y los objetivos son conceptos indesligables: los indicadores existen con la finalidad de medir el cumplimiento de los objetivos.

En tanto representación de las variables, los indicadores presentan dos características esenciales:

a) Son caracterĆ­sticas observables de algo; esto es, son verificables empĆ­ricamente.

b) Son objetivamente verificables; vale decir, son verificables por medios externos al objetivo que pretenden medir.


En el contexto de la gestión de proyectos, es de gran importancia el hecho que un indicador pueda verificarse en forma objetiva, independientemente de si es directo o indirecto. Por ello, junto a la especificación de indicadores se deben seleccionar los medios o fuentes apropiados de verificación.


Indicadores y medios de verificación El principio fundamental es: si un indicador no es verificable por ningún medio, entonces debe buscarse otro indicador.

En realidad, la relación mÔs amplia es la que existe entre objetivos, indicadores y medios de verificación: la prueba de la correcta formulación de un objetivo es su capacidad para ser expresado cuantitativamente a través de un indicador; y la prueba de que un indicador es adecuado es que sea objetivamente verificable, a través de un determinado medio o fuente de verificación.


Evaluabilidad de la intervención

En el contexto del enfoque del marco lógico, los indicadores constituyen el medio para establecer quĆ© condiciones serĆ­an las que seƱalen el logro de los objetivos y, por ende, reducir la ambigüedad y la subjetividad en la evaluación del grado de Ć©xito de las intervenciones. El marco lógico fuerza a los planificadores a definir clara y explĆ­citamente que es lo que indicarĆ” que la ejecución ha sido exitosa. De este modo se evitan las interpretaciones subjetivas de los logros del proyecto, y Ć©ste gana en cuanto a ā€œevaluabilidadā€; es decir, mejora su capacidad para ser evaluado objetivamente durante y despuĆ©s de su ejecución.


En toda intervención utilizamos un medio o instrumento para recopilar los datos que nos permita calcular los indicadores y, a su vez, evaluar los objetivos. A esto se conoce, en el contexto de la planificación del desarrollo, como ā€œmedios de verificación de los indicadoresā€.

La medición de desempeño es efectiva cuando el instrumento de recolección de datos o medio de verificación reúne dos requisitos esenciales: confiabilidad y validez.


La ā€œconfiabilidadā€ de un instrumento de medición se refiere al grado en que su aplicación repetida al mismo sujeto u objeto produce iguales resultados.


La ā€œvalidezā€, en tĆ©rminos generales, se refiere al grado en que un instrumento realmente mide la variable que pretende medir. La validez es una cuestión compleja, pero pese a ello es un atributo indispensable de todo buen instrumento de medición.


Los indicadores juegan un rol clave en la evaluación de la intervención cultural, ya que el carÔcter de éstos apunta a medir el impacto de sus beneficios y que en general no es económico. Estas intervenciones deben ser juzgadas en función del cumplimiento de ciertas metas, las cuales permiten hacer una comparación objetiva entre lo planificado y lo realizado, entre lo establecido en el plan estratégico y la etapa de elaboración y lo realmente logrado durante su ejecución.


Objetivos, indicadores y metas

En el contexto de las acciones de monitoreo y evaluación de los planes estratégicos, los indicadores juegan un rol clave. Los indicadores resumen la información necesaria para efectuar la comparación entre lo planeado y lo ejecutado, y hacen que esta comparación sea objetiva. Después de haber fijado los objetivos, el siguiente paso es identificar los indicadores relevantes y establecer las metas. En otras palabras, para fijar metas previamente debe haberse identificado los indicadores, los cuales, a su vez, corresponden a determinados objetivos. Dado que rara vez un objetivo puede ser medido cabalmente a través de un solo indicador, por lo general se requieren varios indicadores, tanto intermedios como finales, para medir el alcance en el logro de un objetivo. A este respecto, cabe clarificar la relación conceptual entre los objetivos, los indicadores y las metas:


  • Los objetivos, como ya ha sido seƱalado, son formulados en tĆ©rminos cualitativos con expresiones tales como: ā€œfomentar un mayor consumo cultural en tal territorio...ā€; ā€œmejorar el nivel de participación de las personasā€, ā€œgenerar nuevos pĆŗblicos para un Ć”rea especĆ­fica del arteā€, ā€œelevar el nivel de ingresos de los trabajadores de la culturaā€, etc.

  • Los indicadores son las variables que se utilizan para medir el progreso hacia el logro de los objetivos. Son su unidad de medida. Por ejemplo, el avance en el consumo cultural del cantón central de San JosĆ©, podrĆ­a medirse a travĆ©s del nĆŗmero de personas que han asistido a espectĆ”culos de mĆŗsica en el Ćŗltimo trimestre o del nĆŗmero de jóvenes, menores de 20 aƱos, que han solicitado en prĆ©stamo un libro de la biblioteca pĆŗblica en el Ćŗltimo semestre, entre muchos otros.

  • Las metas son los niveles cuantificables de los indicadores que una organización o un paĆ­s desean alcanzar en un momento dado. Son los valores a alcanzar con la intervención: representan en tĆ©rminos cuantitativos la situación con la implantación del proyecto. Por ejemplo: ā€œaumentar el prĆ©stamo de libros en un 10% para el próximo aƱoā€.


Finalmente, debe recordarse que la fijación de objetivos claros es el primer requisito para alcanzarlos. Y fijarlos en forma participativa es la Ćŗnica forma de generar compromisos fuertes en torno a ellos. ā€œObjetivos claros y compromisos fuertesā€ son los dos grandes principios en la ciencia y el arte de la planificación. A continuación, algunos ejemplos en la relación entre los objetivos planteados, la construcción de indicadores para medir el cumplimiento de los anteriores y la elaboración de metas con el fin de instalar una ā€œmirada de futuroā€ que permitirĆ” la continuidad y sentido con el que se creó el proyecto cultural.

Por último, el Modelo de Gestión de un determinado centro cultural serÔ el instrumento estratégico que guiarÔ su accionar en el tiempo y permitirÔ visualizar y poner en común las definiciones y características del equipamiento a los distintos actores que participarÔn directa o indirectamente en su vida útil. El Modelo de Gestión Cultural esta construido para la creación de un centro cultural que se desarrolla metodológicamente a través de:

  • Reuniones tĆ©cnicas interdisciplinarias.

  • Validación con agentes internos y externos.

  • Aprobación final por parte las autoridades y de la comunidad.


Con esta información terminamos esta segunda entrega del especial, con la capacidad de desarrollar un plan de gestión cultural ideal para un centro cultural. Continuamos con este recorrido formativo, la próxima semana en donde abordaremos la visión del Centro Cultural desde lo comunitario. Gracias por su lectura y recuerden que "La Cultura, transforma vidas"






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